Las SLR de 35 mm., debido a su comodidad y exactitud, cuentan con una amplísima oferta de accesorios que permiten usarla en cualquier campo de la fotografía. Basta con decir que existen catálogos de accesorios con el grosor de un libro. Esta es la razón por la que sólo vamos a ver los más utilizados:
Si consideramos los objetivos como accesorios, (aunque solo podrían
denominarse así en las cámras en que éstos puedan
intercambiarse), existen decenas de modelos.
Dentro de los objetivos de distancia focal fija, tenemos desde grandes
angulares a teleobjetivos y, además un amplísima oferta en
objetivos de focal variable o Zooms, existen objetivos destinados a funciones
específicas, que ya vimos en el capítulo anterior en la sección
de tipos de objetivos: Objetivos flou, PC, Macros, etc. y adaptadores para conectar
el cuerpo de la cámara a microscopios, telescopios, monitores TV,
endoscopios, etc.
Son lentes que se acoplan entre el cuerpo de la cámara y el objetivo y para modificar su distancia focal. La cifra que tienen grabada: x1,3, x1,7, x2, etc., indica la variación que sufrirá la distancia focal. Por tanto, un teleobjetivo de 600 mm. con un duplicador x2, pasará a tener 1.200 mm., con una ventaja de precio incomparable, pero con una pérdida de luminosidad de un punto completo de diafragma.
En cualquier caso, los multiplicadores, duplicadores o convertidores, no ofrecen nunca la calidad de un objetivo de distancia focal equivalente. Los mejores resultados se obtienen cuando están diseñados para un modelo específico de objetivo. Existen también los convertidores afocales que acortan la distancia focal, se usan para transformar por ejemplo un objetivo normal en gran angular. Estas lentes a diferencia de las anteriores, se montan en la parte delantera del objetivo.
Estos tres accesorios se usan para trabajar a corta distancia del motivo (Macrofotografía).
Las lentes de aproximación son simples lentes positivas colocadas delante del objetivo para acortar su distancia focal.
Se pueden colocar en cualquier tipo de cámara y no disminuyen la luminosidad de la imagen.
El mayor inconveniente es que introducen aberraciones ópticas y no alcanzan grandes aumentos.
Existen lentes acromáticas de alta calidad, formadas por la combianción de dos o más lentes, pero son muy caras y difíciles de encontrar.
Los tubos y los fuelles de extensión funcionan ambos separando el objetivo de la cámara para acortar la distancia mínima de enfoque.
Los primeros suelen venderse en grupos de tres para variar el grado de ampliación de la imagen combinándolos.
La mayor parte permiten conservar los automatismos entre el cuerpo y el objetivo.
Existen modelos helicoidales que permiten graduar, hasta cierto punto, la extensión sin pasos intermedios.
Pueden usarse también en fotografía de naturaleza cuando se precisa fotografiar con grandes teleobjetivos a distancias de enfoque inferiores a la mínima que soporte el teleobjetivo (entre 2 y 4 metros)
Tanto en fuelles como en anillos de extensión, el objetivo suele usarse graduado al infinito y el enfoque se efectúa únicamente acercándose o separándose del sujeto.
Los fuelles de extensión, debido a su construcción, la conexión cuerpo-objetivo se pierde y por tanto también los automatismos, por tanto el enfoque debe de hacerse a diafragma abierto, para terminar cerrándolo a mano antes del disparo. Muchos fuelles tienen en su panel más distal, una conexión para cable estándar de forma que si usamos un cable doble de disparo, podamos cerrar el diafragma sin tocar el objetivo.
Existen modelos de fuelle que, al igual que en las cámaras de gran formato, pèrmiten variar el parelelismo de los paneles frontal y posterior para tener un mayor control de la profundidad de campo de la escena.
La mayor ventaja de los fuelles es la de poder graduar continuamente y con escalas el grado de ampliación de la imagen, además, con ellos se consiguen los mayores aumentos e incluso pueden acoplarse suplementos de fuelle para aumentar aún más el tiraje.
Este accesorio evita la entrada de luces parásitas a través del objetivo, lo que influye enormemente sobre el contraste y el velo general de la imagen.
Los parasoles han de usarse en consonancia con la distancia focal del objetivo. Un parasol destinado a un objetivo normal de 50 mm., utilizado sobre un gran angular, producirá inevitablemente un recorte en las esquinas del fotograma, al tener éste un mayor grado de cobertura que el parasol. Fuera del estudio, son muy útiles los de goma retráctil, ya que secundariamente amortiguan los pequeños golpes que recibe el objetivo.
Existen modelos acoplables a rosa, bayoneta e incluso con tornillos de presión.
Un modelo especial es el denominado compendium, muy usado en cine y en cámras de medio y gran formato. Consta de un fuelle de más o menos deplegable, de sección rectangular, que incluye también ranuras para sujección de filtros.
El uso del trípode se hace imprescindible tanto en niveles bajos de iluminación, como con el uso de teleobjetivos y en tomas con diafragmas muy cerrados, tal como ocurre en macrofotografía.
Lo ideal sería que el trípode fuese pesado y estable, sobre todo cuando han de usarse grandes teleobjetivos, en estos casos conviene además que el Tele lleve su propia rosca de trípode para equilibrar el peso y evitar el cuerpo de la cámara se resienta; muchas veces suele usarse también un monopié sujeto en el extremo distal de los superteleobjetivos. En situaciones de fuerte viento ha de lastrarse el trípode colgando un bolsa con tierra en su centro.
Cuando se busca un modelo de calidad, suele comprarse el trípode propiamente dicho por un lado y la rótula de sujección de la cámara por otro, ya que esta última condiciona la rapidez de movimientos, estabilidad y comodidad de encuadre, y en cada especialidad fotográfica se necesitan distintos requerimientos.
En fotografía de naturaleza cada día son más usados los modelos a base de fibra de caarbono que resultan extremadamente ligeros. Cómo deseventaja presnetan una gran fragilidad a los golpes.
Para fotografía deportiva se usan mucho los monopiés debido a su rapidez de manejo. En muchas ocasiones es suficiente un pequeño trípode de bolsillo con mordaza, un saquito de garbanzos, o una simple chaqueta doblada.
En fotografía de aproximación (Macrofotografía), a partir de la escala 1:1, se consigue una mayor calidad de imagen si el objetivo se monta al revés. Para ello existen unos anillos que poseen en una cara una rosca para acoplarla al objetivo como si fuese un filtro, y por el otro una montura igual que la del objetivo. Al montar el objetivo invertido se pierden los automatismos del diafragma.
Estos accesorios definen los modelos de cámaras auténticamente profesionales pues optimizan su empleo en la mayor parte de las técnicas de fotografía aplicada.
En fotografía general, el visor pentaprisma standard (arriba a la izquierda) resulta el más práctico, pero en ciertas especialidades fotográficas la posibilidad de cambiar el tipo de visor o la pantalla proporciona una ayuda y una comodidad nada desdeñables. En la imagen superior derecha puede verse una variante de este modelo específica para poder separar el ojo a una distancia superior a la normal, ideal para personas con gafas o para usar con la cámara en el interior de carcasas submarinas.
Existen visores de aumento (imagen de abajo a la derecha) con una amplia copa de caucho, muy útiles para macrofotografía y enfoque de precisión.
El visor de capuchón (abajo a la izquierda) es similar al de las cámaras de formato medio y permite usar la cámara a nivel de cintura o encuadrar con los brazos en alto, se utiliza también mucho en reproducciones.
El visor de acción proporciona una imagen observable separando el ojo varios centímetros el ocular, lo que resulta muy útil para no perder detalle del entorno en que trabajamos; se utiliza sobre todo en deportes colectivos.
El visor de ángulo recto es un accesorio que se acopla en el visor y facilita el enfoque cuando la posición de la cámara impide acercar el ojo, como en fotografía a nivel del suelo, macrofotografía, reproducciones, modelismo, etc.
De igual forma podemos cambiar la pantalla de enfoque por el modelo que consideremos más adecuado a nuestro trabajo. Existen cerca de una docena de modelos: cuadriculadas para arquitectura y composición, con escalas para microfotografía, mates para grandes teleobjetivos, y diversas combinaciones de microprismas, cuñas de campo partido, y lentes Fresnel.
Son unos objetivos simulados que tienen en su interior un espejo colocado a 45 grados del eje óptico y una abertura lateral que puede camuflarse con la mano. Permiten fotografiar en ángulo recto sin que nadie se entere. Se enroscan en el frontal del objetivo real y da la impresión de ser un teleobjetivo medio.
Al adquirirlos conviene comprobar que, por lo menos con el objetivo normal no produce viñeteado en los bordes y que si lo vamos a usar con objetivos autofoco, estos sean de enfoque interno si no queremos que falso objetivo se vuelva loco girando, ya que cada al girar va enviando distintas imágenes al autofoco..
En los catálogos profesionales existen versiones de fotomicroscopios que llevan ya el cuerpo fotográfico acoplado. Para otros modelos existen adaptadores propios de la marca del microscopio para la marca concreta de cámara para que exista compatibilidad de monturas. También existen adaptadores generales como el de Hama (en la imagen) que se acoplan a la mayor parte de los oculares de micoscopio de gamas media y baja.
En los telescopios, por el contrario, el adaptador -denominado "adaptador en T"- consta de dos partes: una general para el diámetro del orificio del ocular del telescopio y otra acoplable a rosca sobre él, que es específica del tipo de montura de la cámara.
Algunas marcas como PENTAX, tienen en catálogo un accesorio de espejos, adaptable a rosca al frontal del objetivo, que permite impresionar dos pequeñas tomas estéreo en un fotograma standard de paso universal.
Las imágenes aparecen invertidas en la película.
Para reconstruir la visión tridimensional, hay que usar un visor adecuado.
Existen diferentes modelos de copiadores adaptables a la cámara en forma de tubo o fuelle de extensión para usarse en combinación con accesorios para macrofotografía.
La diapositiva se coloca en su extremo, que está provisto de un plástico difusor y se copia a escala 1:1., aunque la calidad obtenida dista mucho del copiado en aparatos independientes.
Este es uno de los accesorios más importantes para fotografía nocturna, macrofotografía o en aquellas ocasiones en que se emplee la cámara sobre un trípode, ya que evita la vibración producida al apretar el disparador.
Los mejores modelos son los provistos de tornillo de retención por su comodidad cuando se realizan largas exposiciones.
Existen modelos dobles, como el de la imagen, que permiten activar el obturador y cerrar el diafragma, cuando el objetivo pierde la conexión con el cuerpo de la cámara, tal como ocurre con los fuelles y algunos modelos de anillos extensión.
Para tiempos no muy largos, en vez del cable, puede usarse el autodisparador de la cámara.
Son aparatos usados en fotografía científica y de naturaleza que se conectan al botón de disparo.
Permiten programar series de tomas a intervalos muy largos sin tener
que estar presentes.
Puede fijarse el número total de disparos, el intervalo entre estos
y la duración de los mismos, además de poderse imprimir diversos
datos de control sobre la, película. Para utilizar los intervalómetros
es imprescindible que la cámara cuente con un motor.
Muchas de las tomas realizadas en TV en las que salen las nubes en moviemiento rápido o la apertura acelerada de una flor, están hechas con estos aparatos.
Permiten que la película avance después de cada disparo al tiempo que arman el obturador.
Los motores de baja velocidad se les denomina "Winders". Gran parte de las cámaras actuales vienen provistas de ellos, aunque los auténticos motores (como el de la imagen) han de permitir fotografiar a más de dos fotogramas por segundo y por lo general tienen varias velocidades.
Para usos científicos se han diseñado aparatos capaces de alcanzar el millón de fps.
Los motores resultan muy útiles para conseguir secuencias de imágenes y resultan imprescindibles en fotografía de naturaleza cuando se usan con intervalómetros, disparadores por control remoto y trampas fotográficas.
En ciertas ocasiones (vigilancia, fotografía de naturaleza, etc.) es necesario disparar la cámara si poderse a cercar posteriormente a ella. En estos casos se recurre a una amplia gama de disparadores a distancia:
Para distancias entre dos y 10 metros, existen disparadores neumáticos de pera. Entre estos últimos modelos, son muy corrientes en estudio los que se activan con el pie.
Para distancias inferiores a 20 metros lo mejor son los eléctricos de cable, los de rayos infrarrojos ( imagen izquierda) o incluso los de ultrasonidos.
Para distancias superiores a los 20 metros resulta imprescindible un equipo de disparo con control remoto por radio (como el de la imagen derecha). A estos modelos pueden acoplárseles dos o más cámaras y su alcance normal ronda los 800-1.000 metros.
Para distancias superiores hay hasta quién modifica un teléfono movil acomplándole un relé de disparo. De esta manera, y sin necesidad de descolgar, puede activarse el diaprador sin limitaciones de distancias; con la única restricción impuesta por la cobertura del teléfono.
Sustituyen a la tapa trasera de la cámara y permiten realizar una o varias funciones.
Los más sencillos son los respaldos fechadores que imprimen sobre el fotograma, o entre dos fotogramas la fecha, un número etc.
Los más avanzados pueden actuar como intervalómetros, y autodisparadores de hasta 1000 horas, pueden imprimir datos técnicos de diafragmas, velocidades, etc., también realizan tomas secuenciales SSS (Sobre-Subexposición-Secuencial), e incluso disparan automáticamente cuando un sujeto entra en una zona de enfoque predeterminada.
En la imagen podemos ver un modelo avanzado que, además de lo anterior, cuenta con almacén de película para 250 exposiciones.
La mayor parte son plataformas atornillables a la rosca para el trípode; en su extremo tienen un asidero muy confortable sobre todo cuando la cámara va unida a un flash potente, o lleva accesorios que aumentan su peso.
Existen también empuñaduras, como la de la imagen, que permiten acoplarse a teleobjetivos para usarse a modo de fusil que, por lo general, llevan también un disparador incorporado.
Resultan imprescindibles para proteger el equipo fotográfico de golpes, polvo, humedad etc.
Lamentablemente, con la idea de abaratar costes, hoy en día parece que hay tendencia a no incluir la funda de la cámara al comprar el equipo. Ni que decir tiene que la funda resulta importantisima, en cuanto a protección, cuando se cuenta con un sólo objetivo.
Si se tiene un equipo ligero y se piensa hcer reportajes con frecuencia, puede ser interesante adquirir un chaleco de fotógrafo o uno de caza, que siempre son mas baratos.
Si el número de componentes del aquipo aumenta o piensa uno viajar con todos los materiales, se hace imprescindible contar con una bolsa fotográfica.
Hay modelos clasicos de bandolera, riñoneras y mochilas, que debemos adquirir en función del tamaño del equipo y la especialidad a la que vayamos a dedicarnos.
También se comercializan fundas especiales para película fotográfica, con recubrimiento de plomo para evitar el velo porducido por los RX de aeropuertos cuando se usan películas muy rápidas, pero resultan poco aconsejables ya que el operario del escaner suele aumentar la intensidad de la radiacción para ver el interior.
En países o ciudades conflictivas, conviene utilizar bolsas lo más discretas posibles y evitar exhibir el equipo.
Los vidrios ópticos son mucho más blandos y difíciles de limpiar, por lo que resulta aconsejable contar con pinceles, peras, gamuzas, papeles o líquidos LIMPIAOBJETIVOS.
La limpieza comienza eliminando lo más peligroso que son los granos de arena, que se suprimen soplando con una pera de aire, luego se pasa suavemente un pincel de pelo de camello evitando arañar la superficie, finalmente con bayetas o papeles especiales, impregnados en líquido limpiaobjetivos, se eliminan las huellas dactilares y las manchas de grasa. La limpieza se realiza siempre desde el centro hacia la periferia de la lente. Si no se posee líquido especial, puede utilizarse el aliento, pero nunca hay que eliminar las manchas con alcohol por que puede disolverse el cemento que une las lentes y además estropear el revestimiento antirreflectante. Un filtro Skyligth y un parasol, protegen considerablemente los objetivos. Además, siempre que no se está usando, hay que poner la tapa del objetivo. El dejar el objetivo sin tapar o el llevar la cámara apuntando hacia arriba provoca muchas veces quemaduras solares en el obturador.
Resultan imprescindibles en cualquier equipo general. Debido a su importancia, les dedicaremos un capítulo especial.
Si intentásemos recomendar un equipo y accesorios tendríamos hacerlo en función del presupuesto disponible, del peso que estemos dispuestos a cargar y del nivel de calidad requerida. Teniendo en cuenta esto, y relacionándolo con el nivel de dedicación podríamos recomendar lo siguiente: